domingo, 27 de mayo de 2007

Felicidades, Yadira Torres Rivas Ríos

Te desean el Padre Ríos, Iris, Yosiris, Malechi, Leo, Alex, tus sobrinos, futuros nietos, biznietos, y asociados. Nuestros mejores deseos son que sigas siendo una mujer luchadora y victoriosa, y que no te canses de seguir luchando y venciendo las dificultades. La vida te tiene grandes sorpresas.

¿Sabes qué, Yadira? En el año que naciste, Elizabeth Taylor fue la mejor actriz con la película titulada Who’s afraid of Virgina Wolf? Y ese año comenzó el programa federal de Medicare. Y las celebridades que nacieron el 29 de mayo, fueron Bob Hope y Yadira Torres Rivas Ríos.

No te olvides que tu signo zodiacal es Gémini. Que es el signo de las comunicaciones y conecciones. Los Gemínanos frecuentemente tienen dos mentes. Su energía es tan independiente y tan inquisitiva que se les hace difícil permanecer enfocados en un solo asunto por mucho tiempo. Siempre están buscando nuevas experiencias. A los Gemínianos les gusta saberlo todo. Tu piedra de nacimiento es la esmeralda.

miércoles, 16 de mayo de 2007

del Tingo al Tango

Aparecen más cabros viciosos

Ahora me salvé yo. Parió la mula y la abuela. Comenté yo sobre el Cabro Pepe que fumaba y bebía ron en el Cafetín de la calle Vives esq. 25 de enero en Ponce. Por eso, ganó premios en ferias. Ahora me cuentan de Dos Cabros de Porquería en Cataño, Puerto Rico.
Déjeme decirles antes que Porquería fue un personaje muy amado en este pueblo. Levantó un negocio llamado la Panadería La Catalana. Uno de sus hijos todavía la tiene, y la gente la llama cariñosamente el Pan de Porquería. En el área metropolitana de San Juan no hay un pan tan exquisito como el Pan de Porquería. Doy testimonio de ello. Y usted se estará preguntando por qué le llamaban Porquería. Porque andaba desaliñado por el pueblo.
Ahora bien. Porquería tenía dos cabros que bebían ron y fumaban tabacos. Y algo más. El dueño les ponía billetes de $20 (No se olviden que Porquería era rico.) en la boca de los cuadrúpedos, éstos los masticaban y se lo tragaban, y no devolvían cambio.
Como diría Tres Patines: “¡Qué cosa más grande tiene la vida!”

Cambio el tema a Cabras
Cuando era niño, mi abuelo paterno, Don Ramón Teodoro Ríos Labaile, tenía una cabra que parió dos cabritas. Una de ellas fue rechazada por la cabra. Tomé la cabrita como si fuera mía. Le construí un corral donde dormía. La llamé María Amelia. Todas las mañanas le daba un biberón de leche de cabra. Luego la paseaba por el patio.
Pero una fatídica noche María Amelia rompió el corral y fue a parar a lado de su madre, y ésta la asfixió. ¡Cuánto sufrió mi corazón de niño!

El día que por poco asesino un cabro
O mejor dicho, un macho cabrío. Cuando estudiaba en el Seminario Diocesano San Ildefonso en Aibonito, P. R., una de las cosas que los Padres Jesuitas nos prohibieron- además de enamorarnos- fue decir la palabra cabro. Decían que era una mala palabra. En vez, podíamos decir, macho cabrío.
Una noche me fui a confesar, y un macho cabrío se coló por el patio de la capilla. Empezó a berrear, formando un tremendo escándalo. No me pude confesar. Ni el confesor me oía a mí, y viceversa. Ni tampoco el animal me dejó dormir. En el silencio de la noche parecía que el macho cabrío estaba en mi camarilla.
Al otro día le dije al confesor:
-Padre, he cometido un pecado mortal. Anoche tuve la intención de matar a un cabro.
-Hijo mío, no se dice cabro, se dice macho cabrío.
-Por favor, Padre, déjeme desahogarme.